“No juegues con la playa de la viuda, su nombre no es casual”
Un día vi a tres jóvenes llegando hacia alta mar, en un barco de juguete, con tan solo un remo. Perdidos de la tierra entre risa y fiesta, cangrejos empapados quieren sal, las algas flotan entre manchas de fuel, turquesa y plata de ley como rocas al ritmo del sol y las cadenas al cuello de los vecinos.