Detrás de ti toda la mar,
la excepcionalidad de un verano que se expande,
un rizado y fugaz destello sobre la superficie apacible.
Como la mar
de vientre rotundo,
tus gestos, la claridad de tu temple.
Igual que la mar,
sólo caricias y oleaje permanente.
De niño mujer a mujer niña,
¡es tan exigente el tiempo!
que si pudiera o pudiese elegir
no caben sombras,
elijo ser como tú,
con tu sonora fluidez,
anclado como tú en los fondos entrañables de la alegría;
como tú, del mismísimo sexo que tú.
Y ser océano entre islotes
para asomarme a tus recién llegadas orillas,
esas que brillan de puro coraje,
esas que rozan la vida
por su parte más breve.
Cuando llores recuerda,
que desde su grito primero,
la humanidad
anhela ser como tú eres.
Rozar siquiera tus horizontes,
esos que a los demás se nos alejan.
Para Laura
Vindicación de la transexualidad.