RARO

Existen días en los que uno se siente raro, tus manos son incapaces de tapar el sol y el reflejo que devuelve el espejo apenas se te parece. Contemplas la mañana como un atardecer y cuando lo haces, entiendes muchas cosas que no comprendes: decides saludar a tus amigos como a tus desconocidos prefiriendo caminar silbando a pasear conversando, sin buscar absolutamente nada, confías encontrar algo. Cuando disfrutas de ese autismo anímico nadie puede entrar... un día raro. 
En un día raro, veo todo muy, muy raro... en plena catarsis neuronal cualquier extravagancia sugerida por el cerebro toma sentido; pienso que el mundo es enano y eso me hace sonreír, adopto pose tipo transcendental mientras reflexiono y me hago gracia, miro a un perro que no me habla y me siento solo. En un día de estos te sientes más cercano a lo lejano que a lo conocido.

En un día raro escribes esto:

En esta tierra oxidada
sobre un manto de caviar disecado 
espero tranquilo.
Retomaré sendas de lava
en la noche huérfana de luna, 
deambularé entre cadáveres retorcidos
confundiendo con negro al destino,
destino de otros mares, 
atardeceres desconocidos.
Beberé de tu comisura 
siete lágrimas que broten, 
emprenderé esta vereda sin camino 
para demostrar que sigo caminando 
para creer que quizás existas. 
No sé qué estoy escribiendo...

Cuando estás raro, esto te parece ingenioso. Cuando estás raro, todos sois raros.

Imagen y texto: Fernando Barbarin

  • Categorias: Textos
  • Compártelo: